Has llegado tan impuntualmente a mi vida que he decidido corregir todos los relojes hacia tu posibilidad.
Que este poema te suba la falda que te arrime hacia la mesa lubricándote el cierre abriéndote las ganas que te humedezca lentamente gastándose en el fin de tus piernas en tus últimas partes que te incendie contra la pared alzándote, removiéndose, luchándote contigo en las uñas, el grito mínimo, en el cuello que te sea enorme, violenta y penetrada que este poema te rasgue el deseo que gimas entre tus brazos ¡ah!
Esta caricia desquiciada y la furia el jadeo hasta sangrarnos
"Se puede querer lo que no se ve, lo mismo que puede amarse lo que no nos ama, lo que no nos pertenece o lo que no nos hace bien. Poder… podemos. Otra cosa es que debamos hacerlo...."