"...no era el sabor de la noche, ni la suave sensación de su piel, no era el aroma de miel proveniente de su voz o la mirada perdida junto con su sonrisa al observar la nada que colgaba de la pared.
No era el día que agonizaba o la desesperanza que se respiraba entre las paredes, no era el sentido que se le había dado a las palabras ni a las ultimas caricias que habían intercambiado.
Eso era...
...era la noche que se había muerto junto con toda su esperanza, era la soledad que comenzaba a acariciarla, era la tristeza que comenzó a enamorarla con las palabras más dulces que alguien hubiese dicho a su oído, era la ira, era la rabia que ella había guardado todo este tiempo...
para él..."